miércoles, 1 de junio de 2011

Huellas de Identidad María José Gómez Redondo


































































Rostro:
Muchos de nosotros somos incapaces de describir los rasgos particulares de las personas más cercanas: amigos, Familiares... El color de sus ojos, la forma exacta de su nariz. Pero esta inseguridad no de
teriora nuestra sensación de familiaridad con sus rasgos, que podríamos reconocer entre un millar.
A través del rostro fotografiado habitualmente podemos reconocer a una persona.
En mis fotografías he trabajado sobre este tema llevándolo a una de sus fronteras: el autorretrato como reconocimiento del propio rostro.
¿Cómo podemos reconocer un rostro que nunca hemos visto?
El autorretrato es, para el que lo realiza, el reconocimiento de lo no visto.
El yo busca pistas de sí a través de retratos anteriores, a través del espejo o a través de rostros que se le parecen, rostros familiares.
Por empatía el niño responde a la sonrisa de su madre, imitando su gesto interpreta su rostro.
Por empatía, cuando realizamos su retrato, proyectamos en otros nuestra propia fisonomía.


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